Saturday, September 02, 2006

1992

Algo que suelo decir con bastante frecuencia, es que si pudiese retroceder el tiempo volveria una y mil veces al año 1992. Y no es porque haya sido el año del V Centenario o por las Olimpiadas de Barcelona o por el autogolpe de Fujimori. Para nada.
1992 fue el año que terminé mi secundaria, en un colegio diferente al que la había comenzado. Llegue al 5to. de secundaria como alumno nuevo, al salón supuestamente más fregado y berraco del colegio. Tenía buenas notas (eso no lo puedo negar) y por eso las autoridades del colegio me dijeron que mi presencia en dicha aula iba a ser "temporal", por unos días, hasta que me asignaran vacante en otro salón más tranquilo.
Tenia 15 años. El mayor de mis compañeros tenía 22 o 23 y la mayoría superaba los 17.
Llegué palteado los primeros días de clases. En esa época no tomaba ni salía a la calle ni iba a tonear (no se rían). Pero veía como los demás si lo hacian, inclusive a la hora de la clase.
Pero nunca imaginé que ese grupo de un poco más 25 puntas con el que compartí ese año iba a convertirse en el mejor grupo de amigos y compañeros que haya tenido. Se mechaban, chupaban a mas no poder, jodían a las flacas de los colegios cercanos; pero eran muy unidos entre sí, tenían un alto sentido de la lealtad al colegio y a su gente, y no obligaban a nadie a hacer nada, como ocurrió conmigo. Inclusive me dejaban darles consejos cuando sentía que se pasaban de la raya (como cuando quemaron algunas carpetas en el mismo salón...).
Cuando las autoridades del colegio me propusieron cambiarme a otro salón (seguro pensaban que me iba a malograr), me negué rotundamente, ante su asombro y estupor. Fue una de las mejores decisiones de mi vida.
Cuando salí del colegio, pensé que iba a encontrar grupos iguales o mejores. Claro pues, iba a estudiar una carrera profesional (creo que ninguno otro de mis compañeros de 1992 lo ha logrado) , iba a trabajar, a "crecer" socialmente, en fin...
Pero, lamentablemente, han pasado 14 años y me doy cuenta que ni en la Universidad ni en ninguno de los espacios de trabajo, relajo o estudio que he tenido hasta ahora he podido encontrar un grupo tan unido y tan auténtico como el de 1992. Claro que he hecho muy buenos amigos, he conocido gente valiosa, he formado parte de entidades, departamentos, secretarías, áreas, órganos, colleras, baterías y cosas similares que han tenido cosas bastante positivas tanto a nivel individual y colectivo; pero no es igual.
Quizá esté sobreestimando a mis compañeros de la promoción 1992. Es posible. Pero cuando veo que la lealtad, la autenticidad y, sobre todo, la identificación con un grupo, son factores que no siempre están presentes o son poco valorados en mi entorno, echo mucho de menos a mi promoción.

1 Comments:

Blogger Tatun Muyin said...

Buna Aurelio, te felicito por el blog, te estoy linkeando en el mio. Saludos

September 02, 2006 1:18 PM  

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